NACIMIENTO

Mirando la huella galopada, en la que mi fantasía torpe solía decirme con voz estentórea: -soportaste las muchas muertes de tu alma y sigue tu cuerpo su andar vertiginoso-. Me muevo hoy como si nada hubiera existido, me sacudo la mugre que dejó la pesadilla de veinte y tantos años de sepulcros y sombras, tan familiares que hasta creí amar.

Hoy soy arrastrada por la vida, pampero que conocí de lejos con temor de remontar; me rindo a su baile y soy etérea, peso doscientos gramos de pura alegría, entremezclada con mansedumbre por toneladas, me entrego…

Las palabras de ayer apenas las balbuceo, sólo por no tragármelas y que puedan ensuciar mi estómago, y que devuelvan mi memoria.

Hoy no soy de tiempo…

Ya no es todo: cerrar los ojos, taparse los oídos y esperar que llegue la muerte, haciéndome la dormida para que no me sorprenda tanto. La amnesia que padezco tiene su centro de paz verdadera… ¡Sí, esa que tanto pregunté si de veras existía! Esa calma que le colgué al cuello a tantos humanos, estaba al alcance de la mano, sin ritual de por medio, ni temores de locuras y soledades dormidas (que podía despertar si dejaba escapar el ruido de mi alegría superficial)…

Era de plástico mi alegría entonces, y de mentira mi risa… Si abandoné la placenta hace pocas horas (o siglos, o vidas…) y tirité de frío… -¡Huy, estoy afuera!- dije… ¿Será esto para mí? ¿Por qué no? No fueron mis pasos quienes me llevaron, no serían ellos los que me traerían de vuelta si me hubiera equivocado.

Para la duda no queda lugar, ni siquiera para mis defectos de fábrica, que rutinariamente aparecían, no lo pienso. Estoy hecha de impulso y viento fresco; y me elevo, y grito, y lloro, sin cansancio…

Fuerza brillante se derrama desde adentro, ¡qué ingenua! Les creí a los que me dijeron que el sol era ese que flotaba en el firmamento y gobernaba el día, y dormía profundamente a la noche, cubierto con sus sábanas iridiscentes de mar aterciopelado.

Todo era utilería hace unas pocas horas; lo de dentro y lo de fuera, lo amado, lo esperado y lo ambicionado, toda yo!

Estoy de estreno, jugando y probándolo todo, mirándome con lupa… no! Con microscopio! Recién doy una escapada de exploración; salgo a una vuelta para conocer el verdadero aroma de la lluvia recién nacida.

Todo lo absoluto acabo de tocarlo y aún me quema las manos su fulgor, y no se aquieta el eco en mi cabeza!

¿Cómo es que no supe antes esto? ¿Cómo permití desperdicios, hastío y dolor? ¿Cómo tanto desamor, podredumbre y espejismos… de ese polémico personaje llamado Pasado?

Si mi corazón conocía el código secreto… es quizás que la gravedad pesaba tanto?!

Ya no voy a preguntar, ahora es realizar, edificar, adornar de colores, es tiempo de renovar el aire, prender las luces, y oír sólo lo que hay que oír…

Desde lo que fueron aquellos clamores tan efímeros, hasta lo que es hoy, altisonantes ritmos de verdad. ¡Música llena de voces de pueblos, eternidad tocando el piano, gratitud con la batuta en las manos, y bendición en la primera voz tenor! 

©By Sil*

24-09-2003